El agente judicial Teddy Daniels es llamado a un psiquiátrico enclavado en una isla, donde se encierran, o tratan, a los enfermos mentales más peligrosos. Ahí deberá encontrar a una paciente que se ha escapado nadie sabe cómo.
Esta película, en la que vuelven a trabajar juntos Martin Scorsese y Leonardo Di Caprio, está inspirada en una novela de Dennis Lehane (que también escribió, entre otras, Mystic River y Adiós, pequeña, adiós). Con una gama de colores que, sumado al dúo Scorsese-Di Caprio, nos recuerda a El aviador, consiguen una atmósfera agobiante y tensa, que a medida que avanza la historia contribuye a confundir al espectador. Los diálogos, cada vez más paranoicos, nos conducen a un final… más paranoico.
Con unos niveles de actuación que no defraudan a nadie que conozca el reparto, la película se hace corta a pesar de sus casi 2 horas y media de duración, y no deja indiferente a nadie.
Por último, me gustaría destacar las actuaciones de Ted Levine, Jackie Earle Haley y Elias Koetas, que aunque hacen unas intervenciones realmente cortas, consiguen dar miedo.
Mi nota: 9/10
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