Por primera vez en mucho tiempo, puedo decir que he visto el discurso del rey en Navidad. Obvia decir, no el anual discurso de nuestro monarca, sino la nueva película del director Tom Hooper.
La historia gira en torno a la figura del rey Jorge VI de Inglaterra, monarca del país durante todo el periplo acaecido en la Segunda Guerra Mundial, y en sus dificultades a la hora de llevar el cargo, puesto que padecía de un problema en el habla. En la película, muestra como el antaño duque de York (llevado a la pantalla por Colin Firth) acudió a un terapeuta de defectos en el habla de origen australiano, alguien un tanto peculiar y no muy ortodoxo con sus métodos, llamado Lionel Logue (interpretado por Geoffrey Rush). A lo largo de toda la película, el rey luchará no sólo contra su tartamudez, sino contra su denotada timidez, su duro pasado y la exigente vida de la nobleza para erigirse como un rey acorde con la situación de guerra a la que se enfrenta su pueblo.
Por otro lado, todas las actuaciones que hayan pasado por delante de la cámara gozan de gran realismo, destacando el trabajo de los actores arriba mencionados, Timothy Spall como Churchill, Helena Bonham Carter como señora esposa del rey, Isabel, y Guy Pearce como el hermano mayor de Jorge VI, el fugaz monarca Eduardo VIII.
Dentro del apartado técnico, destaca la magistral banda sonora, que da la perfecta emotividad y se funde con precisión con los momentos mas críticos de la película, junto con sutiles pistas sobre determinados detalles de la película de mano de elementos, en apariencia, irrelevantes, como una lectura de Shakespeare.
En definitiva, es una película de bello proceder, entretenida, interesante y, en resumen, imperdible.
Mi nota: 9/10
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