No es oro todo lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida.

Saga «Los Hijos de la Tierra»

1 agosto, 2011

Los Hijos de la Tierra es una serie de seis libros (por el momento), ambientada en la Edad de Piedra, en la época en que convivieron los homo-sapiens y los homo-neanderthalensis.

En ella se narra la historia de Ayla, una joven homo-sapiens que tras perder a su familia es adoptada y cuidada por un grupo de neanderthales, el Clan del Oso Cavernario. Esto le da juego a la autora para especular sobre las posibles diferencias morfológicas, psicólogicas y neurológicas entre las dos últimas ramas de la evolución humana.

A partir del segundo libro (el Valle de los Caballos), nos muestra cómo pudo haber sido la vida del homo-sapiens usando el punto de vista de Ayla y Jondalar, su compañero, y sus relaciones personales entre ellos y entre otras agrupaciones de humanos.

A pesar de lo que pueda parecer, es una historia muy amena, y a todas luces muy documentada. Por cuestiones narrativas centra en los protagonistas algunos descubrimientos clave para la humanidad, pero aparte de esos pequeños detalles parece una historia plausible, al menos para los profanos en la materia como yo.

Un resumen de los seis libros:

  • El Clan del Oso Cavernario – Ayla es adoptada por el Clan tras perder a su familia, y es educada según las costumbres de una especie distinta a la suya, lo que da lugar a diversos confrontamientos. Es muy interesante cómo concibe la autora a los hombres de Neanderthal, basada en estudios y en la morfología craneal.
  • El Valle de los Caballos – Tras ser expulsada del Clan, Ayla encuentra un retirado valle para vivir, en el que adopta a un pequeño león cavernario y un caballo. También acaba encontrándose con un hombre herido, Jondalar (de su misma especie) , y comienzan a convivir. Como nadie antes ha domesticado animales, y como Jondalar ha creado un arma antecesora del arco, queda poco plausible la coincidencia de ambos descubrimientos trascendentales en los protagonistas.
  • Los Cazadores de Mamuts – Ayla y Jondalar se van a vivir con una agrupación de hombres cazadores de mamuts, y Ayla comienza a relacionarse con más miembros de su especie, lo que lleva a confusiones debido a su inexperiencia con ellos y si peculiar educación. Quizá demasiados trances románticos para mi gusto, pero entretenido.
  • Las llanuras del tránisto – Ayla y Jondalar deciden marcharse a la tierra natal de éste, y por el camino cruzan numerosos paisajes distintos y visitan a tribus con costumbres diferentes a las de los pueblos con los que han convivido anteriormente. A mi parecer, es el libro más aburrido y largo de todos, ya que la autora se deja llevar por extensas descripciones de paisajes, y las propiedades y características de la diferente vegetación de las zonas que cruzan.
  • Los Refugios de Piedra -Finalmente consiguen llegar a la tierra natal de Jondalar, en la zona cercana a la cueva de Cro-Magnon. Aquí vemos cómo Ayla trata de integrarse en la comunidad. Debido a su educación y habilidad como sanadora, la equivalente a sacerdotisa se interesa en ella, pero debido a su lejana procedencia y extraña educación también se gana algunos enemigos.
  • La Tierra de las Cuevas Pintadas -Ayla prosigue su educación como «sacerdotisa» de la comunidad, visitando diversos enclaves sagrados, inspirados en cuevas pintadas localizadas en la actualidad. Al igual que con «Las llanuras del tránsito», el exceso de descripciones convierten en aburrido el libro, y quizá sea un poco exagerado cómo se describe el cambio de una sociedad matriarcal y eminentemente feminista en otra patriarcal y machista.

Sobre la autora:

Jean M. Auel finalizó un master de Administración de Empresas en la Universidad de Portland, pero años después, en una fase de cambios de trabajo, quiso probar a escribir un relato corto sobre la vida en la Edad de Piedra. Tras una intensa investigación sobre el tema, empezó a escribir lo que terminó siendo una extensa novela, y sus continuaciones.

Su obra le ha merecido cuatro graduaciones honoríficas en sendas universidades, y la medalla de «Oficial de la Orden de las Artes y las Letras» por el ministerio de cultura francés.

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