Tron Legacy continúa la historia de la original Tron 20 años después, con el hijo del protagonista anterior (Jeff Bridges), el cual se ve accidentalmente inmerso en el mundo creado por su progenitor. No voy a hablar más de la historia, no por no desvelarla, sino porque yo al menos la interpreto como un homenaje a la película antecesora, ya que el argumento es bastante similar.
Para este homenaje han revisado el mundo virtual de Tron y lo han actualizado, lo han convertido en un ambiente mucho más abstracto y completo que el original, y con habitantes con personalidades mucho más definidas. Esto convierte la película en todo un espectáculo visual, y también auditivo, ya que la banda sonora (interpretada por Daft Punk) es más que adecuada, transportándonos a ese mundo tecnológico ochentero evocando a Blade Runner, y por supuesto, Tron.
Las actuaciones, en mi humilde opinión, son muy correctas, y quisiera destacar las de Olivia Wilde y Michael Sheen, que tiene el papel más histriónico y divertido de la película.
Las pegas (ojo, incluyen spoilers, seleccionar el texto para leerlos):
La historia parece un refrito no sólo de Tron, lo que es lógico, sino que en algunos aspectos tiene muchas similitudes con Matrix (salvar el mundo de una invasión de malvados entes virtuales, el dueño del bar de moda con contactos imprescindibles en la búsqueda, y dispuesto a traicionar a los protagonistas), El Quinto Elemento (La coprotagonista lleva en sus «genes» la salvación y una nueva esperanza, y tiene casi la misma personalidad que la de aquella Mila Jovovich), La Guerra de las Galaxias (Jeff Bridges con poderes y vestido al más puro estilo jedi), y otros más que no recuerdo. De todas formas, si consideramos todo esto homenajes o influencias, la historia está bien conseguida.
Se han arriesgado mucho (demasiado en mi opinión) con el personaje digital que trata de ser un Jeff Bridges de hace 20 años. Se nota mucho, sobre todo en los movimientos. Si la cara a la que evocan no fuera tan conocida, seguramente el efecto no sería tan malo, pero conociendo al verdadero actor, y además teniéndole tan cerca, el personaje digital recuerda más al Príncipe Encantador de Shrek que a Jeff Bridges.
En conclusión, aunque han tenido algunos errores, no desvirtúan el resultado final: una película espectacular y entretenida, y recomiendo verla en 3D. Por cierto, todo el mundo hará la comparación con Avatar, así que lo haré yo también: Visualmente es por lo menos igual de abrumadora, y la historia es mucho más original.
Mi nota: 6’4 / 10
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