«El cuervo está viniendo, y su hechizo está a punto de ser lanzado»
Arrancamos de nuevo el blog con una miniserie británica, fantástica en más de un sentido.
Jonathan Strange & Mr Norrell está basada en la novela homónima escrita por Sussana Clarke. Como somos unos bastardos iletrados no nos la hemos leído, así que tendremos que dejar de lado cuán fieles habrán sido los productores al material original y centrarnos en todas las virtudes que puede ofrecer esta serie por sí misma.
La acción transcurre en la Gran Bretaña de principios del siglo XIX, con las Guerras Napoleónicas de fondo. La magia, algo que siglos atrás resultaba tan natural como el aire, ha desaparecido por completo y no queda nadie que la enarbole. Bueno, nadie menos una persona: el señor Norrell, un devoto estudioso de lo arcano, quien aparece de la nada afirmando que es el único y verdadero mago de Gran Bretaña. Pese a ser inicialmente recibido con recelo y escepticismo, el señor Norrell pronto da pruebas de decir la verdad, y se sumerge en una cruzada personal para dar a la magia la seriedad y el prestigio de los que gozaba siglos atrás, pero sin caer en los ritos barbáricos de antaño; una magia objetiva, lógica y limpia. Una magia de caballeros.
Por otro lado entra en escena Jonathan Strange, un joven sin oficio o vocación y novio de Arabella Woodhope, su amor de toda la vida. En busca de una ocupación el destino le ofrece una, pues descubre que es capaz de realizar magia. Sabiendo esto, Strange parte en busca del señor Norrell para recibir instrucción, sellando así el principio de toda una sucesión de complots, batallas y traiciones que irán desde Gran Bretaña hasta Italia, pasando por la Península Ibérica, y cruzándose con varias figuras históricas como podrían ser el Duque de Wellington o Lord Byron.
Los temas del amor, la soledad, la amistad, la rivalidad y la pequeña línea que divide a la cordura y la locura irán desfilando constantemente por delante de la pantalla, y aunque eso suene bien al principio no lo es tanto cuando, a mi rigor, el principal problema que tiene la serie es la edición. No son pocas las ocasiones en las que una escena se abandona demasiado rápido, o cuando entre una escena y otra pasan literalmente meses o incluso años, con escasa ayuda por parte del guión para guiar al espectador en estos saltos temporales. Sin embargo, ése es probablemente el único problema importante en la serie. Hay presente un gran elenco de personajes actuados a la perfección, como viene a ser costumbre en las producciones británicas, y la fotografía es espectacular. Los efectos especiales y la banda sonora son más que correctos, y la historia, lo más importante, no decepciona: pese a tener un primer episodio quizás un tanto flojo, descubres que al final de cada capítulo quieres más y más.
Es por todo esto que mi nota para Jonathan Strange y Mr Norrell es de un 8. Es una gran serie con una atmósfera única, y los problemas que pueda tener no oscurecen el gran trabajo que hay detrás.
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