Jûsan-nin no shikaku (13 Asesinos)
De la mano del director Takashi Miike llega un gran homenaje a las clásicas películas de samuráis, como las del ya legendario Akira Kurosawa, donde se unen la tradición japonesa con los modernos medios actuales.
En la trama se nos presenta a Shinzaemon Shimada, un samurái al cual le es encargada la misión de asesinar al hermano del shogún, el señor Naritsugu, el cual aprovecha su aventajada posición social y política para dar rienda suelta a sus gustos por la violencia y por el sadismo. Frente a Shinzaemon y sus doce hombres se encuentra Hanbei Kitou, un antiguo compañero y rival, al cual le es encargada, ante la amenaza de asesinato contra Naritsugu, la protección de éste. De mano de estos dos hombres surgirá una lucha ideológica referente a qué es un samurái: ¿debe un samurái seguir su orgullo y honor, y proteger por tanto con su vida a su señor, independientemente de las acciones que éste cometa, o debería acaso abandonar su código para servir a una causa mayor, tal y como sería proteger el devenir de la nación misma?
Por supuesto, siendo la clase de película que es, la acción no deja de hacer aparición en la pantalla, haciendo gala de toda clase de florituras con lanzas y espadas como de sangre y cercenamientos varios. En este aspecto, destaca la intensidad y fiereza de la batalla final entre los hombres de Naritsugu y Shinzaemon, donde se lleva a cabo un enfrentamiento de casi tres cuartos de hora de duración, pero que aun así no aburre al espectador.
En cuanto a los otros apartados, la película destaca por su iluminación oscura, lo que le da un aspecto muy tenebroso al ambiente general, sobre todo si le sumamos la total carencia de pudor a la hora de mostrar escenarios sucios y venidos a menos o las peleas llenas de sangre. La música, que usa sobre todo cuerda, cumple con su objetivo, dando ritmo y emotividad a la batalla y al objetivo de los trece combatientes.
En conclusión, es una gran película del género que, como ya se ha dicho, recupera el corte más clásico impuesto por grandes del cine como Akira Kurosawa o Eiichi Kudo, director de la película original de 1963 en la que está basada esta cinta.
Mi nota: 7,5/10
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